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El Madrileño se consolida

En la vida de C. Tangana existe un día que se podría considerar un antes y un después en su carrera. El 5 de octubre de 2017, Madrid amanecía con un cartel para promocionar su nuevo disco “Ídolo” en medio de la Gran Vía. El cantante que hizo creer a la escena urbana del hip hop y del trap que se podía crear algo nuevo, posaba vestido de Loewe, cómodo pero alerta. Por aquel entonces era conocido por el tema “Mala Mujer”, pero estos últimos tres años han sido esenciales para seguir sorprendiendo con su música y renovando el personaje que plasma en sus vídeos.

 

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La fama de C. Tangana no para de crecer tras su salto a Latinoamérica y su reciente 30 cumpleaños. Se acerca otro punto de inflexión para el artista, un renacer. El videoclip de “Demasiadas mujeres” nos traslada a una España cañí a la que ya estamos bastante acostumbrados, pero que esta vez se muestra como el final de una etapa. Un funeral de mantilla negra, gafa oscura y rosario de plata. Toda esa estética del nacionalcatolismo decadente se regocija a lágrima suelta una última vez para decir adiós a Puchito. Muere el C. Tangana malote y chulo, el que lloraba en la limo y tenía tres para cada día de la semana. Un mes tardó en resurgir como El Madrileño en su nuevo videoclip “Tú me dejaste de querer”.

 

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Casi como una leyenda, C. Tangana regresa como un colono de vuelta a su tierra, con esa big dick energy que le caracteriza, porque esta ciudad es mía y punto. Un alter ego atractivo por su forma de comportarse. El macho man que recuerda a personajes como el que Javier Bardem interpretó en “Huevos de oro” dirigida por Bigas Luna en 1993. El sueño español se viste con pijama de seda en una terraza del icónico Edificio España. Y en la cara un “he vuelto a mi ciudad”. La ciudad con los amigos del barrio en el banco, con un porro en la oreja y dando palmas. A la gente le llega al corazón el esfuerzo por reivindicar el costumbrismo juvenil al que tanto se le ha dado la espalda. Pero, aunque se quiera negar lo evidente, esa ha sido la España joven de principios de nuestro siglo. La generación que le odia y le idolatra al mismo tiempo. Esa que le ve marchar de nuevo. El Madrileño coge el avión para volar a otra parte del mundo, a sonar en otra parte del mundo, quizá un bolero o un tema de techno, qué más da, la consolidación le ha dado alas. 

 

El chico del pañuelo

Markel Urrestarazu

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