Pasamos buena parte del tiempo aferrados a situaciones que nos llevan siempre al mismo lugar. Lo familiar nos atrae, lo conocido, lo que hemos vivido, opinamos tanto como cuestionamos a través de nuestras experiencias. Incluye la forma de pensar y de ver la vida. Naturalmente, lo que hemos vivenciado a través de nuestros sentidos. Lo desconocido tiende a ser menos atractivo. Nuestro intelecto tiene la agilidad de aceptar abrazando lo familiar y de rechazar ignorando lo desconocido. Entonces, es aquí donde aparece el pequeño universo limitado en el que vivimos muchas veces. Nuestro círculo de confort, la zona en donde nos sentimos más cómodos, confiados, accionamos sintiendo seguridad porque es lo que conocemos y dominamos.
¿Realmente es en esta zona donde quieres pasar la vida? Si decides quedarte, es válido. Vivimos en libre albedrío. Pero no puedes quejarte de la vida porque no te suceden cosas extraordinarias o de que tus objetivos no se manifiesten. Aprender a utilizar el discernimiento nos permite elegir si queremos estar en el camino de estar despiertos o el de estar dormidos. El camino de la consciencia es el que nos conecta con la luz y el camino de estar dormido, es el que se alimenta con la oscuridad, la falta de empatía y de visión. Comprender y reconocer si nos conectamos a la luz o a la oscuridad, es estar en la consciencia. ¡Vamos al lío!
Si sabes que repetir ese hábito una y otra vez te va a llevar a ese estado de insatisfacción llevando tu estado de ánimo al inframundo, ¿tiene sentido que lo sigas haciendo? Esto quiere decir que te sigues quedando en la zona de estar dormido. En cambio, si decides discernir, elegir no repetir ese hábito aplicando algo diferente como aprender a controlar o engañar ese impulso, te estás conectando con la consciencia, porque te encuentras en la zona de estar despierto.
Si tu tendencia ha sido ser rebelde, ¿cuantos años más vas a seguir utilizando esa rebeldía infantil? Tenía encanto cuando se era niño, tener un acto de capricho o una dulce pataleta, pero, ¿En la edad de la adultez tiene sentido? Lo siento, ha perdido todo el encanto, los niños de la nueva era, los niños cristales hoy en día pueden asombrarnos con la capacidad que tienen en poder discernir y dar ejemplo de manera innata.
¡Atención! No se trata de que pierdas tu encanto ni tu identidad como ser único e irrepetible que te caracteriza. No dejes de ser tú jamás, el punto está en replantearse hacer unos pequeños ajustes en el programa que traemos adjunto.
Esta rebeldía natural se puede transformar en un impulso por la aceptación y en tener más disfrute hacia la vida. Tú decides, a partir de ahora elegir vivir la vida rebeldemente queriéndolo hacer bien, por tu propia evolución personal, en el camino de estar despierto. ¿Suena y se siente mucho mejor este sentido de rebeldía verdad?
Discernir, es evitar tener la misma discusión por el mismo tema. De esto se trata el discernimiento. Cómo saber desmenuzar la información que estamos recibiendo por los diferentes medios. Hoy más que nunca no podemos permitir que la vida nos pase por el lado yendo y volviendo al mismo lugar por dejarnos llevar por nuestros impulsos. Se pierde la credibilidad y hasta la confianza en sí mismo. Como cuando llevas tu coche al taller, no solo es limpiarlo por fuera para que se vea bien, hay que revisar de dónde sale ese problema técnico, no puedes moverte libremente hasta que no hayas solucionado ese fallo, Lo mismo pasa con nosotros. Se refleja de adentro hacia afuera.
Un training que a través del autoconocimiento, como el mindfulness, coaching, psicoterapia, yoga y la meditación. Conducimos nuestro vehículo, cuerpo, mente, espíritu como fuente de energía en el camino permanente de la consciencia. Si te sales, lo retomas fácilmente porque ya estás en la ruta.
Repite este mantra: “Elijo estar en el camino del despertar, reconociendo lo que me conecta a la luz”