En la Calle de San Bernardo de nuestra hermosa ciudad de Madrid, hubo una maratón el año pasado. Había quedado a desayunar con mi amigo Rubén. Un mar de gente corriendo en plena calle y él estaba del otro lado. Tuvo que coger a pepito, su perro, en brazos haciendo maniobras para cruzar. Vaya energía tan motivadora y adrenalínica que había en la atmósfera. ¡Muy energizante!
Esto me hizo recordar lo mucho que somos de frecuencias, de inercias, de dejarnos llevar, de seguir la corriente de lo que vemos. Mientras esperaba a Rubén, me dediqué a respirar y conectar con la energía de ese momento. Algo mágico estaba pasando. Las personas que estaban en el andén empezaban a correr también. Un señor de 80 años aceleraba su paso y empezó a hacer lo mismo. Se motivó y movió su cuerpo como los otros, estaban todos eufóricos. Otro dijo, ¡ya es momento de empezar el gym!
La energía o prana, estaba muy elevada. ¡venga!, ¡vamos!, ¡Tú puedes! La motivación estaba allí, tanto el que la daba como el que la recibía. Fue tan maravilloso y contagioso de ver sonrisas, esfuerzo físico con placer y expansión. ¡gasolina pura y dura!
Reflexionando… ¿Realmente notamos cómo somos cuando una mala noticia masiva genera un impacto en nosotros? ¿Sientes miedo? ¿Pánico? ¿incertidumbre? Empezamos a sentirnos contraídos, tener pensamientos hasta un poco fatalistas, entrando en un bucle de negatividad. Como si quisieran anteponernos un pensamiento añadido a base de información. Condicionando el presente y el futuro próximo.
Hay una gran diferencia en la forma en como recibimos la información y las situaciones o como nos los quieren hacer ver. Siempre es importante observar la energía que hay detrás.
¡Atención! no se trata de crear apatía e ignorar lo negativo. Ya hay bastante apatía en este planeta que habitamos. Considero apatía dejarse llevar simplemente por una información sin usar el discernimiento. Dejarse llevar por la información sin analizar es apatía por la vida.
En cambio, discernir es crear empatía. El pensamiento colectivo es una realidad, los pensamientos se conectan. Lo hemos comprobado y vivido en carne y hueso.
La naturaleza del ser viene de simplemente permitirse ser ante cualquier circunstancia. Es poder percibir con neutralidad para poder ser natural en la esencia que te caracteriza como un ser único e irrepetible. Desde tu propio centro usando el discernimiento.
Cuando conectas con la esencia de tu ser, cuando empiezas a utilizar el discernimiento, empiezas a vibrar en coherencia contigo mismo y con los de tu entorno. Reconociendo que hay un mundo exterior que afecta el interior y que tu vibración también afecta el entorno.
Muchas cosas pueden estar pasando afuera, como es arriba es abajo, como es afuera es adentro. El cambio empieza en la transformación individual de cada uno en reconocerse como un ser de energía y de luz. Con la capacidad y el auto poder de conectar y discernir.
Vibrar en coherencia es una muestra de amor propio y hacia los demás. Tener la virtud de escoger creando un campo de energía que solo tú lo puedes conseguir creyendo en el poder del universo y tu poder personal.
Estamos iniciando un año de despertar y elevación de la conciencia donde se nos pone a prueba constantemente. Estar alineados va a ser nuestro mantra en este espacio donde se compartirá contenido de interés en todos los niveles.
Acompáñanos a vivir este viaje de evolución personal a través de este portal vanguardista como lo es KOAX MAGAZINE. Una ventana de conexión hacia el mundo interior balanceando lo terrenal con lo espiritual.
“Reconocerse como un ser de luz es reconocer la vida”
Katherin Añez
Terapeuta emocional método QIlimbic.
Personal trainer, yoga, pilates, meditación,
Técnicas de respiración.