Su nombre, Sinsombrero, evoca a esas valientes mujeres de la Generación del 27 que marcaron una época
Ana S. Diéguez
Cada restaurante tiene su historia. Relatos que muchas veces quedan eclipsados por los cuidados interiorismos y esmeradas propuestas gastronómicas. Desde el pasado 2018, Sinsombrero nos seduce en una de las mejores zonas de la capital, a orillas del paseo de la Castellana, no solo con un exquisito interiorismo, que parece sacado de la exitosa serie Velvet, ni con una magnífica propuesta gastronómica, sino también con una bonita historia que ha bautizado este coqueto restaurante madrileño.
Sinsombrero es un rotundo homenaje a la mujer. Un elegante espacio que nos traslada a esos felices años 20. Un guiño a esas mujeres luchadoras de la mítica Generación del 27, que marcaron nuestra historia con un acto memorable al quitarse el sombrero como gesto de rebeldía, para demostrar como sus ideas e inquietudes permanecían tapadas. Artistas, intelectuales, pensadoras. Un grupo de mujeres pioneras en diversos ámbitos que marcaron una época. Sinsombrero, un espacio que reivindica ese momento histórico rindiendo un entrañable homenaje a ese grupo de luchadoras, que no dudó en rebelarse sin temer las consecuencias.
Agustín Morcillo y Pedro Balandín, dos empresarios imparables transformaron La Nicoletta, su anterior local, en Sinsombrero. Un nuevo proyecto. Un nuevo reto. Una nueva aventura que afrontaron cargados de ilusión, ganas y pasión. Un espacio que tras sus puertas nos conquista con un maravilloso interiorismo obra del estudio Cousi. Madera, terciopelo, amplios ventanales y una sofisticada colección de sombreros nos adentran en su universo particular. Un mundo lleno de sensaciones, momentos y emociones, regados de increíbles vinos y una propuesta gastronómica que deja huella.
Una rotunda oferta culinaria con sabor a tradición. Una cocina honesta que se caracteriza por su calidad. Recetas elaboradas con mucho cariño que adquieren su punto álgido cuando se acompañan con los vinos de su amplia y selecta bodega.
En esta ocasión, comenzamos saboreando un sensacional tartar de atún Balfegó con tomate aliñado, aguacate, hierbas y chips de plátano, que le aportan un toque crujiente y exótico que conquista los sentidos. Continuamos compartiendo un espectacular steak tartar de solomillo de bellota Extrem al punto del cliente, que merece la pena probar y que dio paso a unas riquísimas rabas de calamar con mahonesa de lima, que le otorgan al plato un equilibrado punto cítrico que nos encantó.
También probamos el fabuloso ceviche mediterráneo, con emulsión de oliva gordal y tomates secos, y su famoso arroz con gambón. Aunque todos coincidimos en que el plato estrella por excelencia fue sin lugar a dudas el espectacular rabo de vaca guisado al vino tinto, muy despacio, con tortillas, hierbas y cebolla roja. Absolutamente brutal y a un precio súper competitivo. Una abundante ración da para cuatro comensales, lo cual es de agradecer en los tiempos que corren.
Para terminar, nos decantamos por la magnífica torrija de brioche con helado de almendra. Un dulce que genera adicción y que roza la perfección, logrando conquistar a los paladares más exigentes.
Sinsombrero, un viaje al pasado. Una vuelta a esos inolvidables años 20 que nos evocan abundancia, prosperidad y buenos momentos. Porque, al fin y al cabo, la vida son momentos y en Sinsombrero siempre se coleccionan.
Sinsombrero
Dirección: P.º de la Castellana, 4, 28046 Madrid
Teléfono: 915 77 52 39
Precio medio: 40€