Sentir el calor de una brasa, sentir el frescor de un huerto o simplemente el sabor puro de un huevo de gallina en libertad… En esta búsqueda del producto y su natural transformación nace este nuevo espacio gastronómico, dentro de sus instalaciones, donde podrán disfrutar de toda la oferta y donde sus cocineros podrán ser observados mientras cocinan los productos más top, solamente con la ayuda de la leña y el carbón de encina.
Una de las novedades que van a introducir es la figura del panadero. Harán pan a diario con una masa madre confeccionada a partir de las levaduras que existen en su propio ambiente a partir de los microorganismos que habitan en su casa. Compartirán ese pan con sus clientes que además podrán llevarse la pieza que más le haya gustado.
De cara al verano y como respuesta a las exigencias de la vuelta a la normalidad, Don Fadrique pone a disposición de sus clientes los siguientes espacios:
- Terraza al aire libre, con aforo para 160 personas
- Terraza acristalada, entre 10 y 45 personas
- Don Fadrique Instinto, con aforo para 30 personas
- Don Fadrique Sabor de la memoria, con aforo para 130 personas.
Don Fadrique Sabor de la memoria: “Lo que buscamos en conmover la memoria por una razón concreta, puede ser desde algo tan sencillo como servir en una cazuela de barro hasta aspectos más complejos de los sabores” dice Nicolás, el chef. “Atraer sensaciones y recuerdos a través de productos y elaboraciones tradicionales, actualizando ligeramente las recetas de nuestras madres y abuelas para llevarnos a los sabores de antes”. De este menú, Nicolás Sánchez Monje destaca el bacalao de huerto, una de las muchas recetas en las que los monjes carmelitanos preparaban este alimento, la única proteína que consumían.
Don Fadrique Instinto: Es el más extenso, llamado así debido a que es por el instinto por lo que se guían ambos cocineros a la hora de diseñar y elaborar sus platos. También es el menú que incluye más técnica, es el más vanguardista. En palabras del hermano mayor: “Nos dejamos llevar un poco más por lo que nos gusta, por nuestra intuición de cocineros, por la libertad creativa.”
Don Fadrique y los hermanos Sánchez Monje
Desde su inauguración en 1999, el restaurante Don Fadrique, situado en la histórica localidad de Alba de Tormes, es de visita obligada para los amantes de la buena gastronomía. Es aquí donde los hermanos Sánchez Monje desarrollan su particular cocina, tan reflexiva como imaginativa, fruto de la creatividad y de una acreditada experiencia culinaria puestas siempre al servicio de los excelentes productos de la tierra. De la tierra y de las aguas del Tormes, un río de tradición pesquera, del que proceden las truchas, bogas y tencas imprescindibles en la carta de Don Fadrique.
Sabor y memoria de la familia Sánchez Monje
Cocineros con un alto nivel de creatividad y un gran dominio de la técnica, los hermanos Sánchez Monje sintieron desde muy jóvenes su vocación hostelera, por lo que pronto decidieron iniciarse en el campo de la restauración para dedicarse a ella en cuerpo y alma.
Nicolás, el mayor, se formó en la Escuela de Hostelería Fonda Veracruz de Salamanca y en el IFE de Madrid. Ha trabajado en prestigiosos establecimientos de España y Francia como son el Hotel AC Santo Mauro*****, el restaurante Zalacaín, el Hotel Ritz*****, la vinoteca El Sumiller, el hotel Plaza Athénée de París y la escuela de hostelería Saint Michel Mont Mercure, donde ha ejercido como profesor en prácticas y aprendido sus interesantes métodos de enseñanza.
Debido a su carácter creativo, Nicolás se encarga del diseño y ejecución de los platos, y es el sumiller de Don Fadrique.
Manuel, por su parte, se ha formado con diferentes chefs de la categoría de Joan Piqué en Mas de Torrent, José Escat y Andoni Luis Aduriz en Mugaritz**. Con un perfil más técnico, el más joven de los hermanos es quien gestiona la empresa familiar.
También los padres, Nicolás Sánchez Sánchez y Ángela Monje González, figuras clave en la vocación y formación de sus hijos, son también pilares fundamentales en la historia de Don Fadrique.
De Nicolás partió la visionaria iniciativa de crear un restaurante con vistas a Alba de Tormes, origen del actual. Él cuida de la huerta y del ganado, ovejas y gallinas, imprescindibles para contar siempre con un producto de primera calidad.
Ángela, con su tesón y apoyo incondicional, es el alma del proyecto. Fue ella, con su mano para los guisos, quien enseñó a sus hijos los platos tradicionales que ellos versionan ahora y quien les inculcó el sabor de la memoria.
Reservas
923 37 00 76 / reservas@donfadrique.com
Horario de verano de los restaurantes
De miércoles a domingo: de 13:00 a 16:00h y de 20:00 a 23:30h.
Lunes y martes: todo cerrado, salvo el hotel para grupos concertados.