¿Alguna vez ha tenido la sensación de que la relojería es siempre lo mismo? Frederique Constant sabe cómo renovar las cosas con estilo.
El Manchette de la manufactura ginebrina, ausente de la colección durante más de veinte años, regresa ahora con una versión sexy y glam-rock de lo que sin duda debe considerarse un reloj de pulsera definitivo: un elegante brazalete repujado con un motivo Clou de Paris cuadrado que se repite en la esfera (también cuadrada), disponible en cuatro versiones diferentes para satisfacer todos sus caprichos: una pieza engastada, dos alternativas minerales en malaquita y ónice, y una cuarta versión en plata mate.
ESFERA MINERAL
Frederique Constant ha tomado nota del regreso de las esferas minerales, presentes en la mitad de los nuevos relojes Classics Manchette. El primero luce el verde jaspeado de la malaquita, atravesado por una variedad de tonos diferentes. La segunda opta por el negro absoluto del ónice, que absorbe casi toda la luz y da todo el protagonismo a las dos elegantes agujas de bastón.
UN SET DE 158 DIAMANTES
Las otras dos versiones optan por un registro monocromo radicalmente distinto. Para revestir el brazalete de acero pulido, una opta por el brillo resplandeciente de 158 diamantes engastados, mientras que la otra adopta la sofisticación ton-sur-ton de una esfera plateada mate que luce números romanos para un ethos más relojero
UN PATRÓN CLOU DE PARIS
El estilo prima aquí, y la Marca no deja que nada interfiera en él. El motivo «Clou de Paris» reviste toda la pieza de una miríada de cuadrados brillantes y pulidos, con un acabado cepillado en la parte superior de cada eslabón. En el centro, una discreta esfera sobre la que se deslizan dos agujas que indican las horas y los minutos.
NO SE TRATA DE TRADICIÓN SINO DE REBELIÓN
Es un estilo de vida y un sentido de la moda distintivos que Frederique Constant revivió con brío a principios de la década de 2000. Y ahora, la Manchette regresa a la colección con el nombre de Classics Manchette. La mejor forma de verlo es como un brazalete (con siete eslabones flexibles y fluidos) que indica la hora. Su cierre desplegable integrado (y, por lo tanto, invisible) garantiza una sujeción segura alrededor de la muñeca para soportar todas las travesuras de la pista de baile.
Todos los relojes funcionan con el mismo calibre FC-200 de cuarzo, con una duración de la pila de 60 meses: cinco años completos de esplendor glam-rock a todo riesgo. Es hora de ser audaz.