El joven diseñador británico de 26 años Harris Reed acaba de presentar una majestuosa nueva colección titulada Mise en scène con líneas imperiales y atrevidas que redefinen las formas y volúmenes clásicos de los vestidos de fiesta.
“El espectáculo debe continuar ”, dice Harris Reed en su cuenta de Instagram. Mientras Gran Bretaña respira pausadamente desde la muerte de la reina Isabel II, el diseñador británico nos convence, con su espectáculo titulado “Mise en scène”, de que la moda sabe hacernos soñar y ofrecernos una burbuja de aire imprescindible, incluso durante tiempos difíciles.
Un verdadero espectáculo, este desfile tipo concierto se aleja de los espectáculos tradicionales donde las modelos caminan, giran y vuelven sobre sus pasos, mecánicamente. Para esta ocasión, Harris Reed contó con el cantante y actor estadounidense Adam Lambert que interpreta Who Wants to Live Forever (1986) del mítico grupo Queen en un escenario donde los drapeados de terciopelo se codean con la decoración gótica. El ambiente eléctrico reveló un camerino grandioso, excéntrico y eminentemente poético.
Inspirado en la idea de un alegre baile de debutantes, este desfile de moda es una verdadera lección de estilo. Esta temporada, el británico, que ha vestido a Harry Styles, Zendaya y recientemente al rapero Lil Nas X, explora el vestido desde todos los ángulos: crinolinas, corsés y tocados se reinventan sin concesiones.
Así, el rigor de la costura tradicional se mezcla con la libertad y la experimentación. Los volúmenes son excesivamente exagerados, desarrollando formas majestuosas como un vestido de gala, confeccionado en organza técnica, que se invierte para llevarlo por encima de la cabeza como el sol al atardecer.
Incluso si una silueta toma prestados los códigos clásicos del sartoralismo con un traje de campana blanco realzado con grandes lunares de lentejuelas negras, esta colección enfatiza principalmente la cara que se destaca entre kilómetros de telas de raso duquesa en tonos de azul real y fucsia pop cuando el terciopelo negro carbón y la seda blanca no subrayan las líneas imperiales de las piezas.
El diseñador de 26 años no se olvida de imaginar un vestido de novia virginal con enaguas más cortas, a medio camino entre el atuendo de una esbelta bailarina y la dimensión cristiana de una virgen aureolada. Como la guinda de un pastel, todas las siluetas se realzan con un tocado del que sólo la imaginación de Harris Reed tiene el secreto. Creados con la diseñadora Vivienne Lake, colaboradora desde hace mucho tiempo, estos sombreros esféricos y tocados o sombreros de copa 2.0 estiran las siluetas hacia el cielo.