El primer acto que hacemos cuando venimos a este mudo es la inhalación. El último, la exhalación. Vida es lo que hay entre la primera inhalación y la última exhalación. La mente es como una cometa, va volando del pasado al futuro.
¿Si la mente se va al futuro que sentimos? Ansiedad, euforia, nervios, intriga.
¿Si la mente se va al pasado? sentimos culpa, tristeza, nostalgia, felicidad, rencor, etc. Esta fluctuación de la mente de ir al pasado y al futuro es un serrucho al sistema nervioso. Se llama ESTRÉS.
La respiración es la mejor aliada para traer la mente al momento presente. Es el hilo que ata a la cometa, trayendo a la mente al aquí y al ahora. Si tomamos conciencia de como es nuestra respiración, podemos controlar nuestras propias emociones. ¿Podemos respirar el futuro o el pasado? No. Solo es posible respirar el presente.
La mente a quien le llamo la loca de la casa tiende a irse a lugares en donde ella está más cómoda, en la negatividad, el pesimismo, la depresión. Volando al pasado demoledor y a futuro incierto causando estrés y ansiedad.
Vivimos en el ciclo pensamiento – sentimiento en sinergia con el ciclo respiración – emoción.
- Cuando hay enojo la respiración es corta y agitada.
- Cuando se está triste o enfermo la respiración es lenta y densa.
- Cuando nos asustamos la respiración es corta y se paraliza.
- Cuando se está feliz o enamorado la respiración es larga y profunda.
Si tomamos consciencia de que por cada tipo de respiración hay un tipo de emoción. Entonces, somos capaces de controlar las emociones y de observar las tendencias comunes de la mente como:
- Aferrarse a lo negativo:
- Tendemos a aferrarnos más a lo negativo que a lo positivo.
- Dudamos de lo positivo y damos por sentado lo negativo.
- ¿Dudamos cuando nos sentimos mal? Damos por hecho que estamos tristes, enfermos o deprimidos.
- Quedarse atascado al pasado:
- Tendencia de recordarse de eventos pasados, sobre todo de las experiencias negativas.
- La mente tiende a sacar a luz diferentes situaciones del pasado para retroalimentar un malestar o disgusto.
- Sacar las cosas de proporción:
- Algo que es pequeño lo convierte en algo muy grande o viceversa.
- Capacidad de exagerar algo que no es tan importante a algo grave o dramático.
- Generalizar sin mesura:
- De las más comunes, tendemos a generalizar por las cosas, las personas, las situaciones como: todos los hombres son iguales, nunca me dices que me quieres.
Si reflexionamos sobre estos mecanismos, tendemos a hacerlo más de lo que nos podemos imaginar de forma muy inconsciente. Esto no quiere decir que seamos mejor o peores personas, simplemente algunos tenemos unas tendencias mas marcadas que otras.
Lo importante es poder identificarlas y reconocerlas para poder disiparlas. Lo hacemos a través de la respiración, ese hilo que trae a la mente al momento presente y que también es el puente hacia la meditación.
A través de las técnicas de respiraciones, como las técnicas del Arte de vivir, una organización internacional que está en más de 180 países. Cogiendo cada vez más auge en Madrid, Barcelona y toda España. Es posible conocer mejor los comportamientos de la mente, consiguiendo un estado de paz y liberación que tanto se desea en la sociedad simplemente a través de la respiración.
Científicamente comprobado, la meditación consigue innumerables beneficios a largo plazo capaz de mejorar el propio ADN.
“El equilibrio físico, mental, emocional y espiritual nos lleva a la autorrealización”
Katherin Añez
Terapeuta emocional método QIlimbic.
Personal trainer, yoga, pilates, meditación,
Técnicas de respiración.