Tras dos décadas de vida, Ichiban se alza como un referente gastronómico en la capital
Ana S. Diéguez
Ichiban es un precioso restaurante, que lleva deleitándonos, desde el año 2001, con la genuina esencia de Japón. Una asombrosa carta, en constante evolución, que busca sorprender y conquistar a los paladares más sibaritas. En Ichiban, nos trasmiten el auténtico sabor de la gastronomía nipona, con una esmerada elegancia y saber hacer, que nos embriaga nada más cruzar su umbral.
Su nombre Ichiban, significa primero en japonés. Helen Chen y su marido, fueron los primeros chinos en abrir un restaurante japonés en España, teniendo claro desde sus inicios, su objetivo primordial. Ofrecer siempre el mejor producto y satisfacer a una fiel clientela que va en aumento.
Helen, arrancó este bonito proyecto hace dos décadas, cargada de una ilusión que aún sigue latente en el brillo de sus ojos. Ichiban es su cuarto hijo, su gran pasión. Cada día, Helen se entrega en cuerpo y alma para ofrecer a sus clientes siempre lo mejor. Un producto de primerísima calidad que su jefe de cocina, Francisco del Blanco Ordóñez, se encarga de elaborar meticulosamente.
El resultado, una formidable propuesta gastronómica en constante transformación, elaborada siempre con enormes dosis de cariño. Tras su paso por Suntory, Francisco se afianzó en Ichiban, hace ya quince años, para conquistarnos con aromas, sabores y matices, que nos trasladan a destinos paradisiacos sin necesidad de coger un avión.
En el salón principal, la plancha más grande de España, dónde cocinan en directo deleitándonos con un maravilloso espectáculo culinario digno de ver. Un precioso espacio, habilitado en circunstancias normales, para cuarenta comensales y, que, en estos momentos, por motivos del Covid está reducido al sesenta por ciento. Al fondo, se esconde una maravillosa terraza, dónde reina la paz y el sosiego. Un pedacito de calma en plena vorágine, ideal para los días más cálidos.
La carta de Ichiban nos agasaja con platos de corte tradicional que comparten protagonismo con propuestas más vanguardistas. Un menú dinámico, que Helen no deja de modificar, para que cada vez que vayamos sea diferente y especial. En esta ocasión, comenzamos saboreando un surtido de excepcionales nigiris.
De foie flambeado, de huevo de codorniz con trufa y de toro flambeado. Continuamos con un innovador tartar de salmón, acompañado de aguacate y mango, con un maravilloso toque picante, que dio paso a los riquísimos kamitemaki de cangrejo de concha blanda tempurizada.
Las gyozas de carne de cerdo picada son una verdadera delicia. Llegan a la mesa humeantes, con la perfecta temperatura y un delicioso sabor. Helen nos sugirió probar un plato fuera de carta, y el destello de sus ojos nos hizo intuir que sería algo muy especial.
Una espectacular fuente de bogavante azul con fideos udon digna de fotografiar y de saborear. La joya de la corona de Ichiban, que nos conquistó nada más probarlo. Haciendo verdaderos esfuerzos, quisimos catar el sabroso teriyaki de secreto ibérico con salsa de vino tinto. Original, diferente y delicioso, nos condujo a los postres.
En este apartado, nos decantamos por la tarta fina de manzana casera, que, sin duda alguna, merece la pena probar.
Helen cuida los detalles y busca la felicidad de sus clientes. Por eso, después de comer nos sorprende con una cabina de karaoke insonorizada. Un concepto muy instaurado en China y Japón, que garantiza la diversión. Un detalle que ofrece a sus clientes sin coste, para terminar la velada de una manera diferente. Una divertida iniciativa que proporciona un respiro a las familias, ya que los niños pueden pasar un buen rato mientras sus progenitores disfrutan de la sobremesa.
Ichiban, alta gastronomía nipona en la capital con esencia propia. Un paraíso gastronómico dónde reina la paz y el sosiego, transportándonos a exóticos destinos sin salir de la capital.
Ichiban
Dirección: Avenida de Alberto Alcocer, 22 bis,
28036 Madrid
Teléfono: 914 57 07 83
Web: http://www.restauranteichiban.com/
Precio medio: 40€