Si hace apenas tres meses Gucci presentaba su colección The Rituals. Alessandro Michele, director creativo de la casa, pretendía mostrar el lado más cotidiano, sincero y transparente de Gucci. Ahora, siguiendo esa misma senda pero yendo un paso más allá, Michele lanza Epilogue. Esta nueva campaña intenta que nos cuestionemos todo lo establecido, que rompamos las reglas y redefinamos el concepto que teníamos hasta ahora sobre la moda.
Para conseguir su objetivo, el director creativo saca su nueva colección en dos escenarios completamente opuestos. Primero, en el Palazzo Sacchetti. Después, en una zona deprimida de Campo Boario cubierta de grafitis.
Además, fueron el propio equipo de Gucci los que se convirtieron en modelos de la campaña, lo que ha permitido un efecto “entre bambalinas”, casi poético.
He reunido aspectos diferentes que representan la belleza desordenada que siempre he buscado: el caos de la belleza. Rompiendo el hechizo que obliga a mis colaboradores a trabajar apasionadamente en prendas que luego tienen que abandonar, le pedí al equipo que se las pusiera. Y así hicimos un trabajo autosuficiente, todo dentro de nuestra casa, mezclando cosas que ya habíamos hecho con otras que estábamos a punto de hacer, superando los esquemas del tiempo de manera coherente con mi idea de The Epilogue, la resolución final de un futuro que en gran medida es presente.
La casa italiana logra que entendamos su juego de yuxtaposiciones, del yin y el yang, lo real y lo irreal.