El sol del Mediterráneo. El mar que inunda el horizonte. El aroma a flores frescas de azahar y lavanda. La arquitectura de una villa sencilla de estilo provenzal, cálido y relajante.En los años 1920, Gabrielle Chanel hizo construir en la zona alta de Roquebrune-Cap-Martin una casa fiel a su esencia, llena de referencias íntimas: cinco ventanas sobre la puerta de entrada como homenaje a su número favorito, el 5, una escalera inspirada en Aubazine, el lugar donde pasó su infancia o la gran estrella sobre la cama que simboliza su pasión por las constelaciones. A este remanso de paz, un auténtico respiro para su vida parisina, Mademoiselle le puso un nombre: La Pausa.
Lejos de la ciudad, la diseñadora descansó allí durante 20 años, acompañada de sus amigos más cercanos: Jean Cocteau, Misia Sert, Salvador Dalí… Le gustaba hacerse fotografías en su jardín, rodeada de olivos centenarios y flores y organizaba divertidas y animadas recepciones. Su forma de vivir llena cada rincón, desde el jardín hasta su lujoso cuarto de baño.
En cualquier parte aún se puede percibir su esencia. Cuando llega la primavera, la suave luz del sur de Francia inunda las habitaciones e ilumina La Pausa como si el tiempo no pasara por ella. La Pausa, en plena osmosis con la naturaleza y en el idílico marco de la costa Azul, es un testigo único y divertido de la historia, el gusto y el patrimonio de Gabrielle Chanel.
La belleza de esta mítica villa ha servido de inspiración al Estudio de Creación de Maquillaje de CHANEL para la colección Primavera-Verano 2022.
La luz de La Pausa que tanto admiraba Mademoiselle, se ha convertido en el hilo conductor para el Estudio de Creación de Maquillaje de CHANEL. Los tonos minerales y tierra y los reflejos del sol de la villa, constituyen la esencia de esta colección.
CHANEL también se inspira en el espíritu de calma y recuperación de La Pausa para el lanzamiento de ROUGE COCO BAUME, un bálsamo hidratante y con color con el aspecto de una barra de labios.