Can Bonet, el hermano pequeño de Sa Brisa, abre sus puertas en plena pandemia para deleitarnos con una deliciosa propuesta gastronómica tradicional, con toques de la cocina catalana.
Ana S. Diéguez
Can Bonet es el segundo proyecto del matrimonio compuesto por Esther y Pere, fundadores de Sa Brisa. Can Bonet se gestó durante el confinamiento, días largos que dieron mucho de sí y durante los cuales Pere se lanzó a los fogones recuperando las recetas de su madre y descubriendo una nueva faceta. La de cocinero. Una pasión que le hizo abrir Sa Brisa con Esther, su socia y su mujer.
A pesar de que la idea era arrancar este segundo restaurante más adelante, por casualidades del destino surgió la ocasión de quedarse con el local contiguo a Sa Brisa y así lo hicieron. Un proyecto inesperado y veloz, que a pesar de estar recién inaugurado, ya presume de una gran acogida entre el público de la zona. Recetas tradicionales elaboradas a la brasa. Platos sencillos en los que el producto cobra un protagonismo indiscutible, presumiendo sobre todo de una gran calidad.
Una propuesta gastronómica más sencilla que la de Sa Brisa, en la que destacan los platos elaborados a la brasa y al horno. Recetas rescatadas de la madre de Pere, en las que nos transmiten todo el sabor de antaño en elaboraciones sencillas, pero cocinadas siempre con mucho cariño. Un guiño a Cataluña, una alusión a sus orígenes y mucho cariño por rescatar esos platos con recuerdos de su infancia. El resultado, una carta sencilla, sin pretensiones, pero con mucha calidad.
Nada más llegar a Can Bonet nos conquista su decoración. Detalles que los propios Pere y Esther han cuidado al milímetro. Tulipanes naturales en cada mesa, bonitas lámparas y un precioso baño con un divertido papel pintado con peces, nos transmiten la esencia de Can Bonet. El mar, la montaña, los buenos momentos cargados de sabores y aromas, que han trasladado a la carta de Can Bonet.
Una agradable bienvenida nos recibe en Can Bonet y nos enganchan con un bonito detalle. Un precioso cesto de panes con tomates de verdad, ajo y butifarra muy finita para que lo montemos a nuestro gusto. Un verdadero pecado que nos conduce al plato estrella de la casa. Una exquisita esqueixada de bacalao, tomate y aceitunas de Aragón, que no puede faltar cuando se visita Can Bonet. Seguimos con unas sabrosas gambas alistadas al ajillo con su cabeza, mientras soñábanos con probar sus caracoles. Can Bonet es uno de los pocos restaurantes de Madrid donde sirven este plato y hemos de confesar que lo bordan. Unos exquisitos caracoles a la gormanta con alioli, que nos enamoraron nada más probarlos. Para terminar y antes de pasar al postre, disfrutamos de una riquísima fideuá rossejat de sepia y calamar. Finalmente, rematamos con un delicioso brazo de nata con cobertura de chocolate, que hace las delicias de los más golosos.
Can Bonet, un bonito proyecto. Un agradable restaurante dónde se come francamente bien y uno de los pocos sitios donde se puede pedir los arroces para una persona. Una gran ventaja que demuestra que cuidan al máximo los detalles. Esos que marcan la diferencia e invitan a volver.
CAN BONET
Dirección: Av. de Menéndez Pelayo, 15, 28009
Teléfono: 910 46 44 08
Precio Medio: entre 25€ y 30€