Todo empezó en 1973 cuando una chica alemana enamorada de la isla decidió establecerse en ella ofreciendo uno de los dulces más típicos de su país a todos los que pasaban por ella.
No es extraño encontrar numerosas sorpresas en la menor de las islas Baleares: Formentera. Pese a sus escasos 84 kms cuadrados, en ella se pueden encontrar un sin fin de singularidades que garantizan una experiencia única en la que muchos llaman “la isla bonita”. Entre todas ellas nos encontramos con un local en la playa de Es Pujol que nos ofrece uno de los dulces más típicos de Centro-Europa: los waffles y que hacen las delicias, no solo de los formenterenses, sino de miles de turistas cada año. El origen de los waffles lo encontramos en países como Alemania, Bélgica y Luxemburgo, podríamos decir que son allí lo que para los españoles los famosos churros, pues es típico consumirlos sobre ferias, celebraciones y todo tipo de festejos.
¿Cómo llegaron los waffles a Formentera?
Nos remontamos a 1973, cuando la actividad turística empezaba a coger impulso en la isla y el movimiento hippy estaba en auge en ella. Por aquel entonces una chica alemana, enamorada de la isla, no dudó en quedarse y establecer su vida en ella, para ello montó un negocio que ofrecería a todos sus clientes uno de los dulces más famosos de su país de origen, basándose para ello en la experiencia de su padre – un afamado pandero alemán. No tardaría en unirse a ella Juan “Zapa”, un joven Navarro que acababa de llegar a la isla movido por su espíritu aventurero.
Desde entonces, Juan ha desarrollado su actividad profesional gestionando la actividad comercial del conocido local formenterense Waffeln Mediterráneo. A día de hoy, no hay ni un solo formenterense que no conozca, ni haya probado los deliciosos waffles que ofrece Juan en la playa de Es Pujols. «Solo permanecer durante 48 años ya es un éxito y sinónimo de la garantía que ofrecemos», comenta Juan con orgullo.
Su clientela es de lo más diverso, turistas de medio mundo visitan la isla cada verano para conocer la costa más paradisiaca del Mediterráneo. Todo comienza con el alquiler de un scooter o una bicicleta para recorrer sus playas, surcadas de suave arena blanca, aguas cristalinas y los más inolvidables atardeceres. Terrazas y diferentes negocios de hostelería, como Waffeln Mediterráneo, ponen la guinda a unas paradisiacas vacaciones en la isla bonita y es que nadie se puede resistir a un atardecer en una de las playas con más carisma de Formentera, acompañado de un delicioso waffle con fruta fresca y una de las más de 20 variedades de helado artesanal que Juan ofrece a todos sus clientes en la playa de Es Pujols.
