La diva de la música italiana acaba de celebrar su 80 cumpleaños cosechando nuevos éxitos a pesar de su retirada de la escena hace más de 40 años. Artista y mujer revolucionaria, pionera, su estilo irreverente y camaleónico hacen de Mina un icono fashion y una creadora de imagen que aún hoy sigue creando tendencia.
Hablar de Mina Mazzini no es solo hablar de la gran diva de la música italiana de los años 60 y 70. Desde que abandonara los escenarios en 1978 hasta hoy, la “tigresa de Cremona” sigue viva musicalmente y continúa regalando nuevas canciones, nuevos discos e inéditas colaboraciones como el último trabajo publicado en 2019 junto al cantautor Ivano Fossati, disco de oro y platino en la lista FIMI italiana.
Su ausencia en los escenarios ha creado en torno a ella un aura misteriosa y al mismo tiempo fascinante. Solo gracias a las portadas de sus discos hemos podido ponerle cara en los últimos años, imaginarla, soñarla… Portadas que son auténticos escaparates de una musa inigualable capaz de jugar y deleitar con sus mil rostros, todos diferentes y atrevidos. “Solo una persona como ella tiene la suerte de que, aunque cambie continuamente, siempre conserva su esencia, siempre es Mina”. Así la define Stefano Anselmo, maquillador de la artista desde 1977 y uno de los grandes artífices de sus numerosos y famosos cambios de look presentes en las carátulas de sus álbumes, que se han convertido en verdaderas obras de arte.
Portadas como la de su álbum Veleno (2002) donde se evidencia aún más si cabe el maquillaje característico que la acompaña desde mediados de los años 60, su marca de fábrica: sin cejas, con pestañas kilométricas y con una sombra de ojos que acentúa los mismos. Y es que es precisamente este look innovador y transgresor el que la ha convertido en un modelo que ha influenciado a medio mundo. “Desde Sophia Loren hasta David Bowie, pasando por la actriz Goopy Wolberg, todos han llevado las cejas rapadas pero a Mina le quedaba muy bien, no todo el mundo puede presumir de esto”, prosigue Anselmo.
Pero detrás de cada imagen también se esconde un mensaje. Si alguien ha sido capaz de transmitir sin temor una idea o unos valores esa ha sido sin duda Mina. Su rostro con barba que aparece en su álbum Salomè (1981) es probablemente una de las portadas más rompedoras e iconoclastas de la artista junto a la de Rane Supreme (1987), en la que la cantante se presenta con un cuerpo de culturista. “Mina siempre ha jugado con la ambigüedad pero sobre todo siempre ha estado muy atenta a este
tipo de temáticas”. Pero no terminan ahí las máscaras de Mina: en Piccolino (2011) o en Maeba (2018) emerge una Mina extraterreste que mira hacia el futuro pero sin dar la espalda a su grandioso pasado.
Su inconfundible gesto hierático, su look exagerado y peculiar evidencian un fuerte carácter. “Su estilo puede gustar o no pero es sin duda preciso, sin miedo, transgresivo… que refleja la personalidad de una persona segura de sí misma como lo es Mina”, concluye.
Musa de Almodóvar
Mina ha sabido cautivar con su singular modo de innovar. Además, fue pionera no solo en el ámbito musical sino también en la moda ya que se convirtió en la primera artista italiana en llevar minifalda en televisión. Todo un hito, ya que antes de ella ninguna se había atrevido a enseñar las piernas ante la mirada atenta y curiosa de las tradicionales familias italianas.
No tuvo pelos en la lengua en una sociedad machista. Mina fue capaz de rechazar a un hombre en su canción “Parole, parole” y no dudó en interpretar sin tapujos canciones como “Il cielo in una stanza” o “L’importante è finire”, donde se hacía claramente alusión a una relación sexual, lo que supuso un escándalo en el momento.
No menos estupor causó su relación con un hombre casado, el actor Corrado Pani, con quien tuvo su primer hijo. Esto provocó un gran revuelo en el país (en Italia era un delito entonces) y supuso su veto en la RAI, la televisión italiana, donde fue readmitida poco tiempo después.
Por todo esto y sobre todo por su eterna voz, Almodóvar la ha elegido para muchas de las bandas sonoras de sus películas, desde “Tajones Lejanos” hasta “Dolor y Gloria”, donde deja su sello con la canción “Come sinfonia”. Quién sabe si el cineasta la tendrá en mente para los nuevos proyectos en los que está trabajando. Quién de las Minas podría “sonar” de nuevo en las cintas españolas… Porque parafraseando al gran Pirandello, el ser humano puede ser uno, ninguno y cien mil.
Fotos cortesía de: Web Oficial de Mina Mazzini y PDU Music & Production e Mauro Balletti